EL INCONCEBIBLE MASOQUISMO POLÍTICO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA


La indignación ciudadana parece que ha subido de tono con la revelaciones de los dineros ocultos del Tesorero del PP, Bárcenas, aunque mas que tesorero habría que decir gerente, que es el cargo que ha ocupado durante varios años, y, de modo exponencial, al conocerse que, según los medios, ese hombre repartía sobres de cuantías muy importantes comosobresueldos de los dirigentes de ese partido.
Este país siempre ha sido especialmente sensible con los dineros. Cuando del Gal se trataba, la gente le parecía relativamente importante lo de organizar secuestros y asesinatos, porque al tratarse de etarras, de asesinos, comprendía la ley del talión, incluso practicada desde el Estado. Pero lo que provocó la indignación popular fue el conocimiento de que en ese maremagnum del Gal se repartieron dineros de los fondos reservados en cuantías enormes. El papel estelar del metal en la confección de la indignación ciudadana se comprobó en aquellos días con total claridad.
Ahora vuelve el mismo escenario. Cuando la gente sufre en sus bolsillos elementales, cuando los medios publican que las personas restringen gasto en alimentación, cuando carecen de lo mas inmediato del ordinario vivir, cuando no se pueden pagar facturas de los colegios ni de la luz, cuando hay que desembolsar ilegalmente un euro por receta, cuando…en fin lo que todos sabemos y que prefiero no seguir detallando, en ese clima, que un dirigente de un partido haya acumulado esas cantidades de dinero y que, además, se haya mantenido durante muchos años la práctica de cobrar mucho dinero negro por quienes nos dirigen, quienes no reclaman sacrificio, quienes dicen que van a publicar los nombres de los defraudadores a Hacienda, ha provocado, como digo, una alarma ciudadana descomunal. Lo pude comprobar de modo directo, en los gestos, miradas y voces de los muchos asistentes que acudieron a la charla de SCD en Ponferrada el viernes por la tarde, una tarde rodeada de una intensa lluvia por los cuatros costados cardinales.
Lo peor, encima, es que nadie duda de que ese dinero es dinero del PP. Y, claro, no lo pensaría si fuera posible obtener una explicación mínimamente creíble. La versión que dio el abogado de Bárcenas en el Gato al Agua el pasado jueves resultó demoledora para los intereses de su defendido. El abogado no podía hacer otra cosa que defender a su cliente y si no tenía de donde sacar, si no podía relatar la verdad, debía -y así lo hizo- intentar mostrar a ese hombre como un “industrial” que en sociedad con “otros industriales muy conocidos en sus países”, habían ganado una ingente cantidad de dinero. Falso de toda falsedad. Todo indica que ese dinero se ha ganado mediante especulación en bolsa, y, además, es mas que posible que coninformación privilegiada procedente de las áreas de poder de ese partido. Supongo yo que la Fiscalía investigará, pero mi suponer tropieza con una noticia que leo en un diario de que ese órgano del Estado parece que, como hizo el Banco de España con los delitos cometidos en las Cajas de Ahorros, mirará para otro lado. Eso de mirar para otro lado parece una práctica contagiosa en ciertos órganos del Estado.
Es verdad, como dice hoy La Gaceta, que tener una cuenta en Suiza es algo común a miles de españoles. Y de muchas otras nacionalidades. En sí mismo, tener ese producto no es delictivo. Lo que cuenta es de qué dinero se rellena. Lo delictivo está en el origen de los fondos que remansan en esas cuentas.Puede, claro, darse el caso de infracciones tributarias si no se declaran los dineros. Pero cuando se trata de dirigentes de un partido es obvio de toda obviedad que el dinero, además de remansar en Suiza, se ha gestado de modo ilegítimo y seguramente delictivo, penalmente hablando. Y eso es lo que verdaderamente importa: ¿de donde salieron esos dineros que administró Bárcenas?. Como la historia de la vía industrial no es creíble en absoluto, no queda otra que formen parte de un entramado delictivo de comisiones. Lo peor es que se produce el reparto entre dirigentes del PP, al menos presuntamente, de un dinero negro manchado de origen. Un empresario que hace esa práctica esconde el dinero por él ganado en su empresa. Puede cometer una infracción tributaria al no declarar un dinero legítimo. Pero un dirigente político esconde el dinero robado a los españoles y tampoco lo declara. La diferencia es sensible. No se trata de jerarquizar infracciones. Se trata de llamar a las cosas por su nombre verdadero
Por eso creo que lo que sucede en este caso es un ejemplo mas del funcionamiento de la casta. Con ocasión del informe Crillón que Narcis Serra  con consentimiento de Felipe González ordenó sobre mi, se efectuaron pagos en el extranjero a la empresa Kroll, en retribución por sus servicios de espionaje. El modo de hacerlo me lo explicó Julián San Cristobal, que fue número dos del Ministerio de Interior en la época de Felipe González: el PSOE tenía una cuenta en Suiza para efectuar este tipo de pagos y en esa cuenta remansaba el dinero y desde esa cuenta se pagaba. Me imagino que el PP habrá copiado la técnica y habrá abierto sus propias cuentas suizas o donde sea. No lo puedo decir con seguridad, claro, pero al descubrir ese dinero de Bárcenas y ser absurda la versión “industrial”, la sospecha nos lleva de modo directo a que se trata de una cuenta del partido, es decir, a que ambos dos, PP y PSOE, practicaban la misma técnica. Incluso es posible que unos supieran lo de los otros y todos de acuerdo.
Y no solo el PP, sino también nacionalistas. No es casual la aparición de estas cuentas suizas del PP, una vez que desde el PP se han aireado las cuentas de CIU y sus dirigentes. Parece que han entrado en una especie de pelea de familia. Quizás por eso hablan del pacto anticorrupción, lo que es ridículo como concepto. No hay que pactar, simplemente hay que no ser corrupto. Las leyes están ahi. Bueno, más que ridículo, indignante. No hay que pactar cumplir las leyes, sino simple y llanamente cumplirlas. Nada mas. NI nada menos. Parece , entonces, que pacto anticorrupciòn quiere decir: no nos peleemos por esto porque todos tenemos mucho que ocultar, así que ocultemos todos lo que hemos hecho para que no se enteren y nos sigan votando.
Y lo malo, lo peor es que pueden no ir desencaminados. ¿Les seguirán votando después de esto? Pues en el caso de muchos españoles no tengo duda de que permanecerán fieles a su voto. Bueno, mas que a su voto a sus intereses. Hay millones de personas que viven directa o indirectamente de los partidos políticos. Por eso, cuando votan, no son fieles a su ideología sino al origen de los fondos de los que viven. Este es uno de los problemas mas serios que tiene nuestra democracia: la red clientelar de los partidos. Lo vivi de modo directo en las elecciones gallegas. La gente vota su medio de vida. Los aspectos éticos, legales, delictivos, y demás, les resultan algo ajenos cuando de subsistir se trata.
Y es que somos mas sensibles a la corrupción económica que a la política. Nos burlan las leyes, nos tratan como súbditos, se crean sus propios privilegios, tienen sus fiscales, sus jueces, sus auditores, se ríen de la sociedad, aprueban las leyes electorales que les convienen, convierten al Parlamento en una broma macabra, contratan traductores para el Senado, indultan a golpe de influencia de hijos y parientes, convierten nuestras libertades en papel mojado..en fin, todo eso que sabemos porque lo hemos comentado cientos de veces.
No es que sea mas grave la corrupción política que la económica. Es que sin la política la económica no podría existir. Así de claro. La corrupción económica es un efecto derivado de la política. Se sienten los dueños del cotarro y saben que somos una colección de idiotas que pase lo que pase les votamos por eso del mal menor y del voto útil. Se han inventado esos dos latiguillos, mal y menor y voto útil, y la sociedad se los ha comprado. Saben que tratan con una sociedad que parece tener vocación de súbditos, que renuncia a ponerse en pie, que no quiere ser dueña de su destino, que traga con todo lo que le echen, que está instalada en el sálvese el que pueda, que habla pero que no hace nada, que grita y protesta pero no se mueve, y que, al final, a la hora de la verdad, les sigue votando, en un acto incomprensible, no solo de suicidio colectivo, sino de una suerte de masoquismo político inconcebible.
¿Llegará el día en que esto cambie? Dicen que sí, que con todo esto se ha colmado el vaso. Bueno, pues lo veremos. Desde hace mas de veinte años lo venimos diciendo. No nos creían. Ahora lo vemos de manera tan implacable como indignante. La pregunta es: ¿queremos por una vez en nuestra historia ser ciudadanos o preferimos ser súbditos instalados en un suicidio colectivo, en un masoquismo político implacable?.

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