Aúlla


Antonio de Miguel. Guadalajara
Jueves, 24 Enero 2013 - 12:30PM
Por Antonio de Miguel Antón, profesor en un IES de Guadalajara
Puede pareceros raro o incluso obvio, pero hoy quiero comenzar mi reflexión, haciéndoos una pregunta ¿Por qué creéis que aúllan los lobos?
Desde hace un tiempo, el lobo forma parte de mi vida, convivo entre aullidos y también entre silencios. Aulladeros se llaman estos lugares, en los que aúllan. Lo hacen al amanecer, al atardecer o en plena noche. Lo hacen machos, hembras, alfa, beta u omega, jóvenes y viejos. Lo hacen por  identificar, por advertir, por anunciar, por emocionar, por mostrar, por avisar, por explorar, por llamar, por ocupar, por comunicar…
De la misma forma que hay lobos que aúllan siempre, hay también lobos que no aúllan nunca, que callan, que son silenciosos, invisibles. A estas manadas, a estos lobos se les llama “fantasmas”; se trata de un mecanismo de defensa para pasar desapercibidos, para protegerse, para no hacerse notar: supervivencia.
Los lobos, al igual que nosotros, son animales muy sociables, con una estructura social organizada y jerarquizada. Hay machos alfa,  beta y con el menor ranking social: los omega. A los lobos ancianos y sin dientes les acompaña un lobo joven, el lobo escudero; este caza para él y le mastica la comida. Vive por y para él. Da fuerza a la manada, energía, decisión y también protección. La sociedad del lobo es sofisticada y admirable.
La sociedad española esta desestructurada y cuando una manada se rompe, el individuo se vuelve solitario, egoísta e interesado. Deja de trabajar para la comunidad y lo hace para su bien propio. Y eso puede resultar peligroso.
Algunos de los machos alfas que quedan, son los supervivientes de una masacre continua a lo largo de la historia de España. El sistema los desechó, eran peligrosos para sus intereses. Merecen protección total, ser escuchados, admiración  y ser especie protegida. Muchos quieren un lobo etiquetado, arrinconado,  con una imagen de  sangriento  y yo lo quiero admirado y aceptado, protegido y aliado, lo quiero motor de cambio.
Y no solo defiendo la figura de un líder o de una especie; defiendo una manera de ser, de pensar, de vivir; defiendo un sistema más justo, más libre,  un medio natural con otro aroma, otra forma de hacer política, otra democracia.
La guerra por proteger al lobo, a sus defensores, va a ser larga, además no es nueva por desgracia. Solo pido que estemos todos-los que sí y los que no- a la altura de las circunstancias.

EL INCONCEBIBLE MASOQUISMO POLÍTICO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA


La indignación ciudadana parece que ha subido de tono con la revelaciones de los dineros ocultos del Tesorero del PP, Bárcenas, aunque mas que tesorero habría que decir gerente, que es el cargo que ha ocupado durante varios años, y, de modo exponencial, al conocerse que, según los medios, ese hombre repartía sobres de cuantías muy importantes comosobresueldos de los dirigentes de ese partido.
Este país siempre ha sido especialmente sensible con los dineros. Cuando del Gal se trataba, la gente le parecía relativamente importante lo de organizar secuestros y asesinatos, porque al tratarse de etarras, de asesinos, comprendía la ley del talión, incluso practicada desde el Estado. Pero lo que provocó la indignación popular fue el conocimiento de que en ese maremagnum del Gal se repartieron dineros de los fondos reservados en cuantías enormes. El papel estelar del metal en la confección de la indignación ciudadana se comprobó en aquellos días con total claridad.
Ahora vuelve el mismo escenario. Cuando la gente sufre en sus bolsillos elementales, cuando los medios publican que las personas restringen gasto en alimentación, cuando carecen de lo mas inmediato del ordinario vivir, cuando no se pueden pagar facturas de los colegios ni de la luz, cuando hay que desembolsar ilegalmente un euro por receta, cuando…en fin lo que todos sabemos y que prefiero no seguir detallando, en ese clima, que un dirigente de un partido haya acumulado esas cantidades de dinero y que, además, se haya mantenido durante muchos años la práctica de cobrar mucho dinero negro por quienes nos dirigen, quienes no reclaman sacrificio, quienes dicen que van a publicar los nombres de los defraudadores a Hacienda, ha provocado, como digo, una alarma ciudadana descomunal. Lo pude comprobar de modo directo, en los gestos, miradas y voces de los muchos asistentes que acudieron a la charla de SCD en Ponferrada el viernes por la tarde, una tarde rodeada de una intensa lluvia por los cuatros costados cardinales.
Lo peor, encima, es que nadie duda de que ese dinero es dinero del PP. Y, claro, no lo pensaría si fuera posible obtener una explicación mínimamente creíble. La versión que dio el abogado de Bárcenas en el Gato al Agua el pasado jueves resultó demoledora para los intereses de su defendido. El abogado no podía hacer otra cosa que defender a su cliente y si no tenía de donde sacar, si no podía relatar la verdad, debía -y así lo hizo- intentar mostrar a ese hombre como un “industrial” que en sociedad con “otros industriales muy conocidos en sus países”, habían ganado una ingente cantidad de dinero. Falso de toda falsedad. Todo indica que ese dinero se ha ganado mediante especulación en bolsa, y, además, es mas que posible que coninformación privilegiada procedente de las áreas de poder de ese partido. Supongo yo que la Fiscalía investigará, pero mi suponer tropieza con una noticia que leo en un diario de que ese órgano del Estado parece que, como hizo el Banco de España con los delitos cometidos en las Cajas de Ahorros, mirará para otro lado. Eso de mirar para otro lado parece una práctica contagiosa en ciertos órganos del Estado.
Es verdad, como dice hoy La Gaceta, que tener una cuenta en Suiza es algo común a miles de españoles. Y de muchas otras nacionalidades. En sí mismo, tener ese producto no es delictivo. Lo que cuenta es de qué dinero se rellena. Lo delictivo está en el origen de los fondos que remansan en esas cuentas.Puede, claro, darse el caso de infracciones tributarias si no se declaran los dineros. Pero cuando se trata de dirigentes de un partido es obvio de toda obviedad que el dinero, además de remansar en Suiza, se ha gestado de modo ilegítimo y seguramente delictivo, penalmente hablando. Y eso es lo que verdaderamente importa: ¿de donde salieron esos dineros que administró Bárcenas?. Como la historia de la vía industrial no es creíble en absoluto, no queda otra que formen parte de un entramado delictivo de comisiones. Lo peor es que se produce el reparto entre dirigentes del PP, al menos presuntamente, de un dinero negro manchado de origen. Un empresario que hace esa práctica esconde el dinero por él ganado en su empresa. Puede cometer una infracción tributaria al no declarar un dinero legítimo. Pero un dirigente político esconde el dinero robado a los españoles y tampoco lo declara. La diferencia es sensible. No se trata de jerarquizar infracciones. Se trata de llamar a las cosas por su nombre verdadero
Por eso creo que lo que sucede en este caso es un ejemplo mas del funcionamiento de la casta. Con ocasión del informe Crillón que Narcis Serra  con consentimiento de Felipe González ordenó sobre mi, se efectuaron pagos en el extranjero a la empresa Kroll, en retribución por sus servicios de espionaje. El modo de hacerlo me lo explicó Julián San Cristobal, que fue número dos del Ministerio de Interior en la época de Felipe González: el PSOE tenía una cuenta en Suiza para efectuar este tipo de pagos y en esa cuenta remansaba el dinero y desde esa cuenta se pagaba. Me imagino que el PP habrá copiado la técnica y habrá abierto sus propias cuentas suizas o donde sea. No lo puedo decir con seguridad, claro, pero al descubrir ese dinero de Bárcenas y ser absurda la versión “industrial”, la sospecha nos lleva de modo directo a que se trata de una cuenta del partido, es decir, a que ambos dos, PP y PSOE, practicaban la misma técnica. Incluso es posible que unos supieran lo de los otros y todos de acuerdo.
Y no solo el PP, sino también nacionalistas. No es casual la aparición de estas cuentas suizas del PP, una vez que desde el PP se han aireado las cuentas de CIU y sus dirigentes. Parece que han entrado en una especie de pelea de familia. Quizás por eso hablan del pacto anticorrupción, lo que es ridículo como concepto. No hay que pactar, simplemente hay que no ser corrupto. Las leyes están ahi. Bueno, más que ridículo, indignante. No hay que pactar cumplir las leyes, sino simple y llanamente cumplirlas. Nada mas. NI nada menos. Parece , entonces, que pacto anticorrupciòn quiere decir: no nos peleemos por esto porque todos tenemos mucho que ocultar, así que ocultemos todos lo que hemos hecho para que no se enteren y nos sigan votando.
Y lo malo, lo peor es que pueden no ir desencaminados. ¿Les seguirán votando después de esto? Pues en el caso de muchos españoles no tengo duda de que permanecerán fieles a su voto. Bueno, mas que a su voto a sus intereses. Hay millones de personas que viven directa o indirectamente de los partidos políticos. Por eso, cuando votan, no son fieles a su ideología sino al origen de los fondos de los que viven. Este es uno de los problemas mas serios que tiene nuestra democracia: la red clientelar de los partidos. Lo vivi de modo directo en las elecciones gallegas. La gente vota su medio de vida. Los aspectos éticos, legales, delictivos, y demás, les resultan algo ajenos cuando de subsistir se trata.
Y es que somos mas sensibles a la corrupción económica que a la política. Nos burlan las leyes, nos tratan como súbditos, se crean sus propios privilegios, tienen sus fiscales, sus jueces, sus auditores, se ríen de la sociedad, aprueban las leyes electorales que les convienen, convierten al Parlamento en una broma macabra, contratan traductores para el Senado, indultan a golpe de influencia de hijos y parientes, convierten nuestras libertades en papel mojado..en fin, todo eso que sabemos porque lo hemos comentado cientos de veces.
No es que sea mas grave la corrupción política que la económica. Es que sin la política la económica no podría existir. Así de claro. La corrupción económica es un efecto derivado de la política. Se sienten los dueños del cotarro y saben que somos una colección de idiotas que pase lo que pase les votamos por eso del mal menor y del voto útil. Se han inventado esos dos latiguillos, mal y menor y voto útil, y la sociedad se los ha comprado. Saben que tratan con una sociedad que parece tener vocación de súbditos, que renuncia a ponerse en pie, que no quiere ser dueña de su destino, que traga con todo lo que le echen, que está instalada en el sálvese el que pueda, que habla pero que no hace nada, que grita y protesta pero no se mueve, y que, al final, a la hora de la verdad, les sigue votando, en un acto incomprensible, no solo de suicidio colectivo, sino de una suerte de masoquismo político inconcebible.
¿Llegará el día en que esto cambie? Dicen que sí, que con todo esto se ha colmado el vaso. Bueno, pues lo veremos. Desde hace mas de veinte años lo venimos diciendo. No nos creían. Ahora lo vemos de manera tan implacable como indignante. La pregunta es: ¿queremos por una vez en nuestra historia ser ciudadanos o preferimos ser súbditos instalados en un suicidio colectivo, en un masoquismo político implacable?.

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¿Quién está equivocado?



Daniel Movilla 17/01/2013

Hoy por la mañana, a primera hora, escuchaba a un veterano periodista en la radio hablando de la enorme diferencia entre la percepción que tienen de España los extranjeros, y la que tenemos nosotros, los españoles. Hablaba este periodista, hombre de voz singular y conocedor del mundo internacional, sobre la creciente confianza de los inversores foráneos en nuestra economía. Argumentaba esta percepción en la bajada de la prima de riesgo, la buena colocación de las últimas emisiones de deuda y algún que otro detalle macroeconómico que ahora se me escapa. Lo que más me sorprendió de los comentarios de este periodista es que, al mismo tiempo que alababa la confianza que los mercados externos empiezan a mostrar hacia España, sostenía que seguramente esa era la verdadera realidad de nuestro país y no la visión pesimista que los españoles tenemos de la situación actual, porque los españoles, y eso está históricamente demostrado, decía, solemos equivocarnos siempre.

Con ese argumentario aún flotando en mi cabeza, me fui a desayunar y a leer los periódicos del día. No quiero aburrirles con detalles que todos ustedes conocen sobre cuentas en Suiza, áticos de lujo, financiaciones ilegales, conductores kamikazes, paraísos fiscales, pactos ocultos, princesas extranjeras y más y más pequeños detalles sin importancia, que cada día alteran nuestro ánimo y que claro, nos impiden ver la verdadera situación de nuestro país.

Nosotros, los españoles, somos una gente que no tenemos remedio. Cómo se atreve el 80% de los españoles desconfiar del Presidente del Gobierno, si este buen hombre nos cuenta día si y día también todo lo que está pasando con las pensiones, las amnistías fiscales, la libertad de asesinos sin arrepentimiento y las peticiones de secesión de Cataluña. A quién se le ocurre, más que a los españoles, colocar como tercer problema más importante en nuestras vidas a la clase política, si todos ellos, los políticos tienen sin duda, las mismas obligaciones, derechos y privilegios que usted y que yo.

Esto es absurdo señores, despierten, abran los ojos y miren bien la realidad de nuestro país y sepan ustedes que España tiene que estar contenta. Ya no pagamos un 6% por nuestra deuda, ahora pagamos el 5%. Y eso debemos de grabarlo a fuego en nuestra conciencia, sonreír porque nuestro diferencial con Alemania ya no es 600 puntos básicos, sino de 350 puntos y sobre todo porque algunos inversores extranjeros vuelven a meter dinero en la Bolsa, y, además, el señor Bárcenas, tesorero durante muchos años del Partido Popular, ya ha convencido a sus representados para que devuelvan a España los 22 millones de euros que tenían en paraísos fiscales

Aquí alguien está equivocado y me temo mucho que no soy yo. Tengo la sensación de que no entendemos bien la dimensión de lo que está pasando en nuestro país. Siento mucho recordar a Antonio Machado. No por él, sino por su referencia a las dos Españas, pero esa es la realidad. Hay hoy dos Españas muy bien definidas. Una España que vive en la incertidumbre, la angustia y la ignorancia y la otra España que no conoce límites, ni vergüenzas. Lo extraño es que la primera España la formamos más de cuarenta y cinco millones de personas y la segunda España, solo la forma un millón de personas. Pero claro, tienen el poder y lo peor de todo, tienen el Boletín Oficial del Estado.

Daniel Movilla. Secretario general SCD.

Mario Conde en Ponferrada


Mario Conde, presidente de SCD, acudirá el día 18 de diciembre , a las 19:00 horas, al restaurante Ponferrada Park. El motivo de la cita es mantener un encuentro con la sociedad civil berciana.
La última visita que Mario Conde realizó a El Bierzo fue el 14 de junio del año pasado en Molinaseca dentro del ciclo de los Encuentros Empresariales del Círculo Empresarial Leonés (Cel), cuando acudió a una cena tras la cual impartió una conferencia con el título “Hacia un nuevo modelo de convivencia”.
La entrada mañana será gratuita y hasta completar el aforo.
Qué: Encuentro de Mario Conde, presidente de SCD, con la sociedad civil berciana
Dónde: Hotel Ponferrada Park, Calle Padre Santalla 4, 24400 Ponferrada (León)
Cuándo: Viernes 18 de enero de 2013, 19:00 horas
Quién: todo el que lo desee, hasta completar aforo.

Ámbito y fines de SCD



El ámbito de actuación de “SCD. Sociedad Civil y Democracia” es nacional, y se ha constituido para contribuir democráticamente a la determinación de la política nacional en todos sus niveles (nacional, autonómico, provincial y local) y a la formación de la voluntad política de los ciudadanos, así como a promover su participación en las instituciones representativas de carácter político, mediante la presentación y apoyo de candidatos en las correspondientes elecciones, con arreglo a los siguientes fines y principios:
  • Promover los valores de la convivencia democrática y el pluralismo político y social.
  • Recuperar al individuo como eje central de todas las acciones sociales y el sentido humanista de todos nuestros proyectos colectivos.
  • Conseguir que la sociedad civil tenga el protagonismo y los derechos que le corresponden y la democracia sea, cada vez mas, una democracia de ciudadanos.
  • Caminar hacia una cohesión social mas justa, hacia la plena realización integral de todos sus miembros.
  • Que la dignidad de la persona sea el eje y fundamento de todo proyecto político, social, económico y cultural.
  • Fomentar y estimular la participación de los ciudadanos en la política.
  • Encontrar un cauce para que las plataformas ciudadanas, tengan acceso a los órganos de poder del Estado.
  • Garantizar una mayor circulación entre política y sociedad y lograr una España plural, donde todos los ciudadanos sean iguales en derechos y obligaciones, en un sistema de libertades publicas, reales y efectivas.
  • Promover la renovación y la regeneración del sistema y de las instituciones, la reforma constitucional y el cambio en las estructuras, funcionamiento, concepción y funciones del Estado.

Recuperar el protagonismo

"No podemos esperar que la clase polìtica por sì sola afronte el cambio que reclaman los hechos. Es necesario que la sociedad recupere el protagonismo y quiera ser verdadera dueña de su destino. Ese es el reto. (...). Somos muchos los que sentimos que algo no funciona. (..) nuestras propuestas de reforma que no sean emociones alimentadas de una extraña revancha, sino propuestas inteligentes, sensatas, posibles, avaladas por la experiencia, que no vayan contra nadie, que no busquen culpables con las linternas del odio o la revancha, sino que traten de algo tan sencillo como eso: encontrar un modelo de vida mejor y màs humano". 
Mario Conde , presidente de SCD www.scd.es

El cadaver de un sistema


Por Galo Mateos, coordinador SCD Madrid
Dicen de Juana La Loca, que paseó el cadáver de su amado Felipe El Hermoso por toda España. Y lo hizo convencida de su amor y hermosura.
Seis siglos después, esa misma España, quebrada y solemne, se propone una tarea de gigantes: restaurar el cadáver del viejo sistema capitalista que nos trajo hasta aquí, convencidos como autómatas de su valor e insustituibilidad.
Da la impresión, metafóricamente hablando, de que vivimos en una especie de bosque de hombres necios, que privados de su propia razón, repiten sumisamente y sin cesar consignas estúpidas, en armonía con otras tribus que hicieron de ellas un modo de vida uniforme que nos evita el esfuerzo de pensar y limita nuestra libertad.
Y llegado un momento de balance cualquiera, sesenta y dos años después del Tratado de París, aún reconociendo que en lo político y en lo social alcanzamos grandes logros, el sistema económico en estos últimos años, ha dado muestras de que pudiera estar actuando en sentido inverso para los verdaderos intereses de la población.
Obvio que nada nos puede apartar del destino elegido junto con otros 300 millones de habitantes cercanos. Pero en ese destino caben importantes matizaciones locales y globales, que podrían aminorar el impacto negativo observado.
¿En qué consiste ese impacto negativo? En que objetivamente no somos más felices y las economías familiares europeas, se han empobrecido. Y eso, como defecto, es muy grave. Sobre todo cuando al mismo tiempo estás pagando ingentes porciones de ingresos y ahorros, por restaurar ese sistema.
¿De verdad que queremos restaurar el capitalismo financiero en la reciente versión que conocemos?
¿De verdad queremos que nuestro esfuerzo conduzca a que personajes como Botín, por citar un conocido cercano, cumplan sus metas con independencia de las nuestras? Dicho de otro modo, ¿queremos que el mundo financiero y sus órbitas políticas y oligopolísticas, puedan conseguir sus objetivos incluso a costa de los nuestros?
Rotundamente, no. Es la sociedad civil quien debe pronunciarse al respecto. Porque no podemos seguir viviendo como una consecuencia de los objetivos y resultados  de grandes corporaciones y partidos políticos parasitarios. Porque tenemos nuestra propia voz y somos capaces de decir lo que queremos. Porque es nuestro derecho decidir cómo hemos de vivir con nuestros recursos y no como consecuencia del uso arbitrario de ellos, por quienes se arrogan ese poder de gestionarlos en beneficio propio.
¿Y cómo nos gustaría vivir, cómo formular esos nuevos retos y objetivos, para orientar los recursos disponibles a su consecución?
A través de cambios. Cambios en personas e instituciones, en políticas y en sistemas. Ya no queremos ser más ricos, nos basta con distribuirlo mejor y ser más felices. Tienen que entender que no queremos resucitar un cadáver, que solo queremos vivir de otra manera, que ha llegado el día en que por fin queremos hablar de tu a tu con el futuro.
Queremos hacer saber a los padres de esta Europa y a los que puedan ser dignos de nuestra patria, quehemos descubierto un mundo nuevo al otro lado de donde lo buscábamos. Un mundo en el que los objetivos no se cifran, en el que los retos son colectivos, en el que los creadores y gestores aceptan el contrato de servir lealmente a los demás.
Hemos de hacer convivir nuevos ideales sociales con los restos de un sistema-cadáver insostenible en costes y objetivos, hemos de acabar con cuantos embustes y coartadas le hicieron prevalente. Hemos de ir concretando con las mejores inteligencias posibles los términos de la capitulación del sistema, los fundamentos del equilibrio energético y de materias primas y sobre todo, las nuevas bases en las que hemos de medir la felicidad y el progreso de la Humanidad.  
Sin esa ambición por el cambio, nuestra vida, como la de Juana La Loca, será hermosear y pasear algo en cuya recuperación y vida solo creerán los locos y aquellos necios habitantes, que presa del pánico por el futuro, repiten falsas palabras sin sentido.
Más allá del miedo, hay nuevas formulaciones para una economía más justa (Economía del Bien Común, plataformas de nuevas formas de cooperación y consumo, sistemas financieros alternativos, tele-trabajo de fácil conciliación familiar creciente, trabajo, sanidad, pensiones y fiscalidad a la carta, nomadismo a gran escala, clusterización, nuevos estimadores de satisfacción, y todo lo que podamos recoger de los países más avanzados), para una sociedad más feliz, que deben configurar una transición esperanzadora para todos.
No le vamos a pedir ese esfuerzo a quien no puede. La sociedad civil, acabará por entender que ese esfuerzosolo se lo podrá pedir a quienes siempre fueron capaces de identificar tendencias y oportunidades. A quienes nunca asustaron cambios ni esfuerzos titánicos. Ese ejército creciente de pequeños empresarios y autónomos, que por sus iniciativas globalizadoras, definen nuestra Europa y nuestro país mejor ya que ninguna bandera.
Serán ellos quienes asumiendo cambios y nuevos retos, terminen por liberarnos de barreras artificiales y den pronta sepultura a lo que nos hizo tan infelices. Alumbrando con su coraje e inteligencia colectiva, los esfuerzos políticos necesarios para una sociedad más próspera, en ese otro lado de la vida a recuperar,  en la que se entienden las cosas de otra manera, en consonancia con lo que de verdad fuimos, somos y sentimos.

EL MITO DEL VOTANTE RACIONAL


De  EL MITO DE VOTANTE RACIONAL   (Bryan Caplan). Princenton Edition .
Por A.H.

Este interesante libro es un ensayo que trata de dar una visión económica de la política, buscando que las decisiones se basan en la racionalidad y no en los prejuicios tan comunes entre los humanos .
Ente los ciudadanos, y por tanto votantes, del mundo occidental existen una serie de tendencias comunes , que condicionan seriamente sus opiniones en muchos esferas:

1.- SENTIMIENTO ANTIMERCADO
El mercado bien entendido es una fuente de información y valoración de recursos escasos, pero esta enormente satanizado, se le trata con sospechas de manipulación por parte de poderosos.
El publico tiene dudas de que la búsqueda de beneficios privados genere resultados positivos para la sociedad en su conjunto, de hecho se opina lo contrario. Se devalúa la disciplina que impone la compentencia en el mecanismo de fijación de precios y competitividad
de individuos, empresas y países.
El problema es que el mercado libre raramente existe, se parece mas a un oligopolio controlado por unos pocos (telefonía, petróleo, banca, etc).
2.- SENTIMIENTO  ANTIEXTRANJERO.
En  todas las sociedades se trata con sospecha a los extranjeros. Pese a los muchos años de experiencias en sentido contrario, hay una tendencia general a minusvalorar los beneficios económicos de las relaciones con el exterior y a tratarles con sospecha,  como individuos que vienen a quitarnos nuestra riqueza y trabajo.
De aquí al racismo y xenófila , hay solo un paso.
3.-  PRO TRABAJO.
Esto lo vemos también muy claramente en nuestro país. Los gobernantes y ciudadanos valoran sus logros por el numero de personas empleados (tasa de paro, actividad, afiliados a la Seguridad Social), no por la productividad y resultados de su trabajo.
El ahorro de mano de obra de trabajo, la producción de los mismos bienes con menos recursos, menos tiempo, no se ve en general como un logro sino como algo negativo , pues implica la destrucción de puestos de trabajo cuando en realidad es la esencia del progreso: producir mas
con menos.
Para muchos gobernantes tener personas empleadas, en actividades poco productivas o incluso generadoras de perdidas (TV publica ,  Santana Motor, Per , etc) no es un problema y de hecho las financian con sumo agrado con nuestros impuestos naturalmente. Ahorrar trabajo tiene unos beneficios económicos evidentes, siempre y cuando estas personas se
puedan reciclar a otras actividades mas productivas.
Si nuestra sociedad fuera capaz de generar suficientes recursos y las personas dispusiéramos de todo nuestro tiempo para el ocio, el paradigma económico alcanzaría su perfección, el máximo bienestar con el mínimo esfuerzo , y de hecho esta es la tendencia general de
nuestra sociedad occidental, aunque muchos se empeñen en no verlo.  La mejora de los estándares de vida desde el siglo XIX se ha realizado a costa de reducciones de trabajo siempre ( los fines de semana, vacaciones, jornadas semanales mas cortas , etc) , que esto conduzca a la felicidad es otra historia sobre la que los psicólogos tendrían
mucho que decir.

4.-  TENDENCIA AL PESIMISMO.
Aunque parece sorprendente, los humanos tenemos una tendencia natural negativa  a la hora de valorar nuestro futuro. Hay una tendencia a sobrevalorar la gravedad de los problemas sociales y económicos y a minusvalorar los logros pasados y presentes de nuestra sociedad.
Esperamos que las situación económica se deteriore, que haya crisis, que políticamente se agudicen los conflictos, que nuestra salud se deteriore repentinamente, etc.  En todas las culturas hay permanentemente una sensación de caída, decadencia.
La realidad es que cuando analizamos al cabo de  años la situación, aquellas expectativas raramente se cumplen y siempre somos capaces de adaptarnos a las nuevas situaciones, algo excepcional en el ser humano. De hecho ni nuestros estándares de vida bajan, ni los recursos
se agotan, ni los salarios bajan ni la desigualdad aumenta, salvo en muy contadas circunstancias.
Todos estos puntos creo que se están viviendo de una manera muy
interesante en nuestro país en los últimos años.

A.H.
Salamanca

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ASÍ NO VAMOS A NINGUNA PARTE


Por Daniel Movilla, Secretario General de SCD
El otro día comíamos en Madrid un grupo de amigos de verdad, de los que no necesitan pensar lo que dicen, ni parecer lo que no son. Hablamos de todo un poco, como suele decirse y creo que nada se quedó en el tintero de la prudencia. A tumba abierta, nos abrimos de par en par, nos confesamos nuestras preocupaciones personales y nuestros temores profesionales.
Las conclusiones fueron demoledoras, pero instructivas. No hay nada que hacer. Así no vamos a ninguna parte.
Ayer oía en la radio al profesor Fusi, hablando sobre la imposibilidad de comparar la situación actual y lo que ocurrió en  Europa en los comienzos del siglo XX. Con todos mis respetos al excelente orador y maestro, creo que sus palabras nacían más del deseo que de su pensamiento real. Estamos en una situación limite y la prudencia y la quietud de la sociedad española creo que está a un solo grado de la ebullición y de transformarse en rebelión incontrolada.
Hoy por la mañana tuve también la ocasión de leer muy despacio las palabras de otro gran maestro, el profesor De la Oliva que cierra su blog, “para no exagerar, no incrementar la honda decepción que nos empapa a tantos y no reiterar las negras descripciones de la actualidad que tanto abundan, muchas veces con sobrados motivos y razones”.
Ya me da igual que me tachen de pesimista, decepcionado, o deprimido. Me da igual. Lo que ya está claro es que a esta gente que gobierna y decide, le damos igual. De verdad, no hay nada que hacer. O nos unimos todos los ciudadanos y plantamos cara a este sistema acabado, o mejor nos vamos a nuestros asuntos. Los que nos dan de comer.